Rendidos a la deriva del cuerpo, comenzamos a abandonar aquello que nos impedía ser.
Un vals aparece, nos acerca, emerge entre nosotros un puente, una posibilidad.
Desconocemos el paradero del viaje pero sabemos que ya no hay retorno ni fluctuación posible.
Nos reconoceremos tras el umbral, en ese brote del camino donde nuestros cuerpos sobre el suelo finalicen el descenso.
Para subir debemos primero bajar, ¿hasta dónde…?
Con esta creación fuimos hasta el límite de la manipulación física entre dos cuerpos y empezamos a romper paredes. No gana ninguna de las dos caras. El objetivo era conseguir un mundo común, donde al 100% te estás entregando, apoyando en el otro y confiando en él. En cada movimiento hay mucha libertad para improvisar y decidir qué dirección tomar: es la oportunidad que nos da el otro cuerpo.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA Y COREOGRAFÍA:
Sharon Fridman
INTÉRPRETES:
Sharon Fridman
Arthur Bernard-Bazin
MÚSICA ORIGINAL:
Luis Miguel Cobo
VESTUARIO:
Maite Llop Morera
VIDEO:
Miramemira
CON EL APOYO DE:
Comunidad de Madrid, INAEM
Centro Danza Canal
Centro Coreográfico La Gomera
Centro de Humanidades Cardenal Gonzaga-Sierra Norte